La idea viene de las similitudes de nuestras regiones: viñedo, molinos pero ante todo de las dos leyendas representativas de éstas. En Ciudad Real nos encontramos con  Don Quijote, personaje inevitable de la literatura española. En Épernay tenemos a Dom Perignon vinculado a la historia de nuestra región por habernos dado la oportunidad de probar una bebida famosa. A partir de ahí nos proponemos escribir «la tercera parte del Quijote», en la que se haría encontrarse a los dos personajes para una serie de aventuras. El motivo principal que mueve a los dos socios a impulsar este proyecto es la innovación educativa a través de una pedagogía de proyectos que permitirá una mayor diferenciación. La falta de motivación del alumnado nos hace desear ir más allá de la rutina, para buscar soluciones nuevas y respuestas diferentes.